Días del cielo
Días del cielo
Fotografía que emociona.
He de decir que he visto la película en un Televisor y a través de una plataforma de contenidos, a pesar de estas limitaciones la fotografía es embriagadora.
La fotografía pertenece a esa clase de tratamiento visual que construye las emociones de la historia que narra.
Prácticamente toda la película está rodada en la hora dorada, que son esas horas del día muy próximas al atardecer y al anochecer. Esta limitación de tiempo a la hora de trabajar añade una mayor dificultad a la realización del film.
La iluminación es principalmente natural, incluso en las escenas nocturnas.
La composición de los planos es arrebatadoras de una gran belleza pictorica.
Los movimientos de cámara sobre los campos de trigo son hipnóticos, la mayoría cámara en mano.
Y por supuesto todos elstos elementos enmarcados por los tonos dorados del sol cuando esta bajo en el horizonte.
La fotografía es de Nestor Almendros, uno de los grandes directores de fotografía de origen español y que realizó una gran carrera en Europa y América.
En su libro “Días de una cámara” comenta detalles de como enfrentó la iluminación de las película en las que trabajó la dirección de fotografía.
La dirección es de Terrence Malick, un director que siempre me ha decepcionado, a veces en los planteamientos y otras en los finales de sus películas.
Afortunadamente la grandeza de esta película traspasa las fronteras del relato para adentrarse en los subjetivismos de la abstracción visual.
Me hace recordar a esas películas que en su momento incendiaron mi pasión por el cine.